martes, 10 de noviembre de 2009

Olvidemos que hay futuro.

Desde que recuerdo, muchos de mis planes y objetivos se han visto truncados irremediablemente. La racha continúa, tras haber cumplido 21 años. Mis últimos tres posibles viajes se han ido al garete: Bournemouth, París y Tenerife. EL primero y el último son causa y reacción de ser una persona responsable con empleo y casa. Daría vidas por ser una adolescente que ve la tele y que ha terminado de estudiar y piensa... "que hago? Estudio o no este año?". Pero eso no puede ser. Ahora veo como mi entorno vive de la nada y me deja en la estacada, dando por hecho que soy lo suficientemente fuerte como para no odiarme a mí, ni mi situación. Y París... en fín, puede que si la gente que me rodea supiera leer mejor todo habría ido sobre ruedas... Estaré en casa, "disfrutando de mi tiempo libre". No pensaré que debería de estar en París. No lo haré.

Mi conclusión final es que los planes y objetivos te llenan y te vacían demasiado rápido. Y sin embargo soy tan estúpida que no puedo evitar de aspirar a ellos.
Soy una personita inquieta e inconformista hasta extremos insospechados. Y lo peor de todo es que no quiero dejar de serlo. Me siento bien al sentir que los demás son hormigas aburridas y conformistas, y yo soy una desgraciada revolucionaria. Ironías supongo.

martes, 27 de octubre de 2009

¿Quien es ella?

Hola! El motivo de esta entrada sorpresa es una humilde petición de ayuda: Tengo un problema con un personaje secundario del libro, porque no estoy segura de que refleje lo que pretendo. Solo sale por el momento, en dos pasajes aislados y separados. Los presento:


"Caminaba camino a casa, hambriento, pero calmado. La lluvia ya no arreciaba, solo acariciaba la tierra de Naovahn, casi con dulzura. La capa estaba envolviendo la caja, y él ya caminaba al descubierto, sin demasiados restos de sangre.

La zona del populacho ya estaba frente a él, y el cielo estaba más oscuro que otras noches. Teilnok contempló las ventanas silenciosas, la tierra mojada, y alguna luz aislada de alguna taberna que albergaba alcohol.

-Teilnok, ¿a donde vas sin hacernos una visita? - Treana se apoyaba en el vano de la puerta de roble. - Estás calado, aquí tenemos fuego suficiente.

La sonrisa pícara embaucó al lobo, que se acercó sumiso.

-Buenas noches.

Ella tiró de él, tratándolo como a un muñeco, y arrastrándolo dentro. Lo besó.

-Treana... No puedo quedarme. Ahora no. Vendré otro día.

Suplicante, ella, entristeció. Su cara no mudó la expresión: sabía que Teilnok le permitía jugar con él y no iba a dejar que la viera flaquear. Sin embargo susurró con falso orgullo.

-Promételo...

Teil le besó la mejilla, y sintió profundamente estar custodiando esa estúpida caja, de la que ni siquiera sabía el contenido. Volvió bajo la lluvia, y necesitó una cerveza al segundo siguiente de perder de vista las curvas de esa mujer. Anduvo enfadado, golpeando las piedras a lo largo de esa calle, y cuando tomó una de las callejuelas a la derecha se percató de que ya no llovía."


"Miró por encima del hombro y vio como Treana le decía adiós desde la ventana más alta. Teilnok sonrió para sí. Ella ni siquiera aceptaba su dinero, pero la sensación de caminar libre de pensamientos durante un rato no tenía valía posible. Notaba que las piernas le funcionaban más lentas y pesadas que de costumbre. Había bebido más de la cuenta, y su percepción estaba afectada. No había tensión en los músculos de su espalda y sus talones rozaban demasiado el suelo. Su paso era extremadamente lento, pero no le importaba. El sol había caído hacía mucho tiempo y no le importaba llegar tarde a casa."


Pues ya está, ya veis que Treana es más que secundario. Nok la menciona una vez más en otro capítulo pero para sí mismo, no aparece en realidad. Os lo transcribo y recordad que nada de lo que leáis tiene que ver con ella. No es la princesa y no tienen relación entre sí. Nok solo piensa en Treana porque está agobiado.


"A pesar de que Nok estaba pensando en cierta princesa, consiguió enterarse de lo fundamental de la conversación, y habló por vez primera.

-¿Sabes porqué lo hicieron?

-¡Hombre si has hablado! Ya pensaba que tu mala cara había afectado tu lengua.

-¿Qué mala cara?- Él seguía a lo suyo, engullendo pan ahora.

-Veamos: moratones, cortes en las manos, el labio hinchado.. . No ha sido tu mejor noche.

-Bien, -dijo Nok, mirando a Moali- es decir, que no sabes porqué lo hicieron.

Sintiéndose ofendido, el guardia contestó en seguida.

-Fué la lluvia demonios.- Ante la mirada de estupor de sus compañeros.- Sí, lo sé, llueve siempre, pero ¿tanto? El río comienza a crecer y hay quien no lo aguanta.- En tono más confidencial añadió.- Se vuelven locos porque saben...

Ilkio había ido irguiéndose poco a poco, hasta parecer un palo. Nok volvió a desconectar de nuevo “¿Quien va a atacar en ese paso? Mierda, necesito a Treana”

Cuando se dio cuenta sus piernas se movían nerviosas. Se levantó de la silla frotándose las manos, y rozando constantemente el mango de la espada. Trataba de ignorar los gritos de Ilkio y Moali, y también trataba de ignorar a la princesa y sus estúpidos viajes nocturnos. En uno de los paseos inquietos que estaba dando por la taberna, se topó con Tim, y con una mirada astuta en sus ojos.

-¿Qué te pasa? ¿También te ha afectado la lluvia?"


Ahora decidme... ¿que sabéis de Treana? Todo lo que se os ocurra por favor.



viernes, 9 de octubre de 2009

En silencio y a oscuras.

El nombre de una rosa

Es más tal si no se pronuncia.

Es menos rosa con el sol, 

Que acariciada por la luna.

A oscuras una rosa sin nombre,

Es más grande y es más pura.


La pureza de un rojo sangre

En una oscuridad plateada.

Que sueña, derrite y abre

Las puertas de la razón a patadas.


Porque todo tiene un nombre, 

Signifique rosa o atadura.

Herida de amor, o de venganza

Herida se llama, y no por eso cura.


Porque los nombres no son nada, 

En la oscuridad ellos no alumbran,

Alumbran las esencias y las almas

Que sin mencionar nombre, perduran.


Alba Rosillo Llamas

miércoles, 7 de octubre de 2009

Locos

Llevo unas semanas dedicándome a aprender en el escaso tiempo que tengo libre. Estudio algunos pasajes de la historia, y algunos elementos que me pasaron desapercibidos hace tiempo.
En esta búsqueda, aún sin buscar nada en concreto, estoy descubriendo muchas cosas que lamento no haber descubierto antes. Hablo de Vincent van Gogh... ¿Quien no lo conoce? Estoy segura: todos sabeis decirme algo sobre él. La noche estrellada, uno de los muchos autorretratos, los lirios, la habitación, las interminables sillas, con suerte los campesinos que comen patatas... El genio esquizofrénico, recluuido en su manicomio interno y externo mientras pinta, siempre a la sombra de su hermano... Y sigue desdichado incluso tras morir. ¿Qué diría si supiera que creemos que se cortó la oreja? El verdadero responsable de la pequeña mutilación del lóbulo debe de reirse en su tumba.
Ya veis, incluso tras morir sigue siendo desdichado porque popularmete, nadie conoce la verdad.
El holandés, genio loco ingenuo, ingresó voluntariamente en un manicomio ¿que agallas hay que tener para hacer tal cosa? ¿Hasta que punto debe una persona ser consciente de su locura? Poco es demasiado en estos casos. El genio ya es esclavo de los dimes y diretes de su vida.
Antes de compartirlos, o si quiera pensarlos un segundo más, os invito a uniros con Van Gogh a la locura de leer su biografía y los estudios de sus cuadros más polémicos. Leed sus cartas y tratad de comprended a un genio prostituido tras su muerte, e ignorado durante su vida.

Puede que sea cierto eso de que todos los genios están locos.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Resbalón

Celebramos el cumpleaños de Marian. La palabra celebración y decaimiento no deberían ir en la misma frase, pero en mi caso, si que van.
Todo empezó muy bien, y Marian sonreía. Eso parecía ser lo más importante de todo. Marchaba todo sobre ruedas y las ideas convencieron bastante a la cumpleañera. Hubo algunos imprevistos (no vayais a cenar al foster's por vuestro cumpleaños)
A pesar del baile y la locura, cuando llegamos a casa mi yo maníaco-maniático se hizo cargo de la situación. Hubo un torbellino de sensaciones y emociones en mi cabeza que me hicieron decir y hacer cosas muy inusuales en mí. Perdí por un momento ese innato impulso de divertirme a mí y a los demás.
Y tiré a la basura la noche.

No puedo permitirme resbalones así, porque Marian no tiene la culpa. No tiene ninguna.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Piedra, papel y con suerte tijera.

A veces no se trata solo de esperar. La suerte no juega un papel tan importante como creemos en nuestra vida. No se trata de esperar que las cosas salgan bien o salgan mal. Debemos intentar, en la medida de lo posible, formar parte de un todo que nos arrastra sin importar a donde, a no ser que nos hagamos notar en el torbellino. Creo que solo hace falta un poco de fuerza para detenernos en la marea de viento que nos lleva como papeles a merced del aire. Pero nadie hace esa fuerza. 
Hoy ha llegado la noche, y no recordaba nada importante o trascendente que hubiera dicho, hecho o pensado hoy. Nada, ni una mísera palabra. No he sido consciente de mi vida, de mis horas despiertas de hoy. ¿Que he estado esperando? ¿Suerte? ¿Ganas? El tiempo no está para perderlo. Basta con observar y deducir de todos a los que tienes alrededor. Eso ya es aprender, ya es sacar algo en claro. Hoy nada está claro. Un paisaje difuminado emborrona mi confuso día. Me he dejado llevar por el alboroto feliz de la lluvia, y he perdido 24 horas más en un exilio blanco. Estamos tan acostumbrados a él, que incluso a la nada le encontramos engañosas formas. No lo son. No nos engañemos. Las formas no se ven por suerte, ni aparecen por si solas. Hay que hacer un mínimo esfuerzo, plantar los pies en tierra y dejar de ser papel para ser piedra. Y solo así llegaremos a ser tijera. Solo así cortaremos la marea de viento que todo lo lleva y lo arrastra, y veremos formas nuevas. Con colores que no son blancos. 
Han pasado 16 horas vacías, y mi tiempo no está para perderlo.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Lectores, Teilnok; Teilnok, lectores.

Me encantaría tener ganas de mostraros todo el trabajo que estoy haciendo con mi nueva novela. Incluso gran parte de ella está en soporte analógico y no en digital, y eso amigos míos es un gran logro. Pero no tengo ganas. Prefiero plantar dentro de un tiempo- temo que será bastante - un tomo con sobrado condimento en la cara de alguien, sin que ese alguien sepa qué va a pasar en la historia. Quiero que sea una aventura para alguien leer mi libro. Vale, no tiene título, ¿y qué? No es lo único que importa. Lo relevante de ese libro es su protagonista. ¿Su nombre? Teilnok. He decidido recopilar unos fragmentos de él para que os vayais familiarizando con mi coleguita. De la historia no os contaré nada... por el momento.


"Olía a polvo y a madera raída. Se oía crujir la pequeña ventana opaca y sucia que estaba en el rincón más absurdo e inaccesible del lugar. Teilnok advirtió esto, y sonrió divertido, a pesar de su situación. Se sentaba despreocupado sobre una precaria silla, que chirriaba a cada respiración del hombre, al cual -acostumbrado a la suciedad y a aquel olor a rancio- no le importaba traquetear sobre la mesa mugrienta con los dedos."


"El barón seguía mascando, y gruñendo cada vez que miraba a Teil.

-Tu nombre.- Exigió.

Teilnok estaba muy ocupado quitando trozos de barro de sus botas, parecía que contestaba por casualidad.

-Sabandija está bien. Me gusta. Tiene personalidad.

-Dime donde vives.

Teil miró desafiante al barón. Mostró una pícara sonrisa.

-Debería usted de haberme citado en otro sitio más elegante, quizá en el teatro, o en su propia casa, frente a una buena comilona.

-Donde vives.

-Mi gran señor... No estoy muy seguro. Si se refiere a donde paso la mayor parte del tiempo... Entonces frente a una jarra de cerveza. Si se refiere a donde duermo... Entonces ahora vivo en casa de cierto coleccionista de arte que ha dejado a su mujer sola en casa durante su viaje. - Rió - No sé si me entiende...

-Perfectamente.- Asintió confuso el barón. No había obtenido respuesta.

-Seguro.- Teilnok, levantó las cejas, y se puso en pié para apoyarse en la mesa. "Eunuco" Pensó.

El barón dio un imperceptible paso atrás.

-Mi hija ha sido violada. Brutalmente y reclamo justicia.

Inmediatamente el ambiente de la estancia cambió. La tensión se hizo tangible y Teilnok se inclinó un poco sobre la mesa, interrogando con sus ojos profundos al barón. Su tono de voz era peligrosamente tenue.

-¿Cuanto vale para usted la justicia?"


Simpático, verdad?

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Ya está decidido.

Va ser breve pero intenso.
Voy derecha a Facebook, encaminada al infierno pero orgullosa de ello. Tras seiscientas visitas en mi blog, me merezco un resbalón. Además... puede que me adentre en ese concurrido mundo y que lo ignore. ... ...    ....
¬¬ ¡que te lo crees tú!

Lo he decidido durante una conversación con Momo que de nuevo me ha demostrado que tiene ocho dedos de frente más que yo. (Lo cual no significa que tenga más de dos) Tendré un facebook y no cansinearé con ello, lamentándome de ser una víctima del sistema.
Pero entonces... ¿no será aburrido?

Hay estudiantes y ESTUDIANTES

Bueno... pues si que lo he cogido con ganas. Será que tras mi decepción de no poder iniciar un nuevo curso este año, necesitaba algo de estimulación intelectual... Que va, lo que pasa es que tengo un poco más de tiempo ahora. No voy a apresurarme a terminar mis estudios: no me presentaré a todas las convocatorias en diciembre. Terminaré en junio y así alargaré un poco más mi vida de estudiante.
Y es que... ¿quien querría que se terminase? Si con veinte años acabo mi época de absorción cultural ¿Que va a ser de mi? Me quedaré estancada en lo poco que conozco de las pocas doctrinas en las que sé algo. Quiero ampliar horizontes: Música, fotografía, derecho, filosofía, arte, geología, psicología... Merece la pena saber de todo, aunque solo sea un poco. ¿quien sabe? A lo mejor tengo un don innato para la arqueología ¿Como lo sabré si no investigo? Para ser franca no sé para qué tengo don innato, pero si sé para lo que no lo tengo: el dibujo técnico. Ironías de la vida... he empezado por ahí ¡Con un par! Jeje. Sin embargo cientos de ideas se quedan en el tintero a cada segundo, esperando ser exprimidas hasta la saciedad, para que alguien saque algo de jugo de ellas.
Hay tantas cosas que no voy a aprender jamás que me enloquecen. ¿Cuanta gente tiene esa inquietud? Aunque fuera mucha seguiría siendo insuficiente. Las aulas están llenas de burros que solo ven un título al final del camino. Yo prefiero concentrarme en el camino y ¡se me niega la plaza! Me gustaría ver a los que la tienen. ¿Quien dice que la merecen más que yo? Puedo tener muchísimos defectos, pero soy buena estudiante, y muy perseverante. Tanto que el año que viene estaré allí. ¡Y que me lo intenten impedir! ¡PERSEVERANCIA!

Mientras tanto pasará un año y las ideas del tintero se van secando. Cerraré los ojos mientras tanto, quizá se me dé bien la arqueología...

lunes, 14 de septiembre de 2009

Sin miedo a las críticas.

Ya he mencionado en un par de ocasiones ese "algo grande". Pensaba publicar aquí un breve fragmento, pero todavía no estoy preparada para escuchar críticas de eso. Sin embargo, hoy os ofreceré unos versos que pertenecen a esa recopilación de la que os hablé. Estos sí que podéis criticarlos cuanto queráis, soy consciente de que la poetisa que llevo dentro deja mucho que desear. Sin embargo empezaré fuerte y os ofreceré en primicia mi poesía favorita, que muchos ya conocen. Es música en todos los aspectos de la palabra, y aunque dicen que cada poesía tiene un significado particular e intransferible para otros, yo he tratado de trasmitir el mío, y parece que satisfactoriamente. Pero eso nunca podremos comprobarlo.

Bien, ahora limpiad de vuestra cabeza toda emoción externa. Apagad la música y leed con lentitud. Tomaos unos minutos antes de empezar... Yo siempre lo hago.



Nací en las notas de un piano.

Fue ayer, y en un solo destello de luz.

Blanco, negro, blanco, negro, blanco, blanco, negro...

Grande, eterno. Mi gran eterna cruz.


Melodía guardada en unos dedos torpes.

Anhelos en unos oídos de cristal.

Silencios tan bonitos como acordes.

Sinfonías que no se pueden mencionar.


Tristes notas en triadas.

Arpegios de nubes, plata y metal.

Corcheas largas como días.

Teclas vivas, sinceras y llenas de verdad.


Hace tanto....


En mi recuerdo se agazapan, momentos formas y olores.

De tu voz... mi melodía.

De tu rostro... mis colores.


Alba R.L.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Debería de existir un manual para nosotros.

Muchos escritores experimentados afirman que si queires aprender a escribir, puedes empezar por copiar. Yo en cierta época lo hice: se trataba de leer quince veces el mismo párrafo y después sin mirarlo, contar algo utilizando las mismas pautas que el párrafo que aún tenía en la cabeza. No funcionó. Aprendí mucho de sintaxis y también pude absorber conocimientos de otros escritores. Pero lo que en realidad aprendí, fue que no necesariamente un tipo de escritura es el mejor o el adecuado para tal o cual cosa. Todos sirven y son tan válidos como cualquier otro si sabes utilizar tu arma secreta. La de Reverte es la ironía. En cada párrafo, hable de lo que hable, la notas aunque no la demuestre. Hable de un contestador automático en una de sus columnas o a lo largo de muchos de sus libros ("El húsar" es un buen ejemplo), la utiliza. Y le sirve ¡vaya que si le sirve! No importa que sea mierda, barro y sangre, o la automatizada voz de los cabrones de movistar. Él la usa, y le sienta como un guante. Se toma la libertad de utilizar palabras que el dichoso "word" o "pages" (altamente superior), no reconoce. No pestañea en pulsar el botón derecho y "añadirla al diccionario". Eso se consigue con seguridad y autoestima. Es así como se consigue una escritura provocativa y chocante, un literatura propia.
Seguridad y autoestima son inalcanzables para mí. Es algo que falsamente consigo inspirándome en grandes figuras como él. Tras una hora el frenesí se apaga y vuelvo de nuevo a escribir memeces tristes y negativas. Alex me pregunta... "¿no sabes escribir nada alegre?" Me recomendó que escribiera de algo que me gustara. Pensé que me gusta lo que me trasmite paz, y automáticamente me encontré bajo un almendro blanco, observando gladiolos.
Tras unos párrafos el resultado fué un lamentable amasijo de melancolía y trsiteza por la lejanía de esa paz. ¿Podría solucionar eso con seguridad y autoestima? ¿Podría bastar con copiar?
Es algo más complicado que todo eso. Me niego a aceptar que mi literatura es negativa y opaca. La búsqueda de esa literatura está más hacia dentro que hacia fuera. Se trata de seguir unas pautas instintivas, de las cuales, lamentablemente, carezco. Márquez, Neruda, Reverte, Martin, Card, Tolkien... Todos diferentes, todos parecen seguros. Mi literatura no lo és. ¿Que puedo hacer?
Muchos escritores experimentados afirman que si queires aprender a escribir, puedes empezar por copiar. Hace poco lo intenté. No funcionó.

sábado, 12 de septiembre de 2009

¿He de rebajarme por segunda vez?

En fín... empezaré con una excusa barata como cualquier otra, solo que esta es demostrable. Quizá antes de la excusa debería decir que acabo de salir a cenar y una botella de vino recorre mi sangre con somnolienta dulzura y merma sobradamente mi capacidad para expresarme. Ahora que mis posibles fallos de escritura y/o expresión pasarán inadvertidos a mis escasos pero fieles lectores, os diré mi excusa: Estoy trabajando en algo grande. Un par de los que os paseais por este site ya sabeis de que hablo, o quizá solo pensé en escribirlo, pero no lo hize: una novela en ciernes, que está escrita con soberana matemática. Calculada hasta el más ínfimo detalle, capítulo tras capítulo, esa obra va tomando forma, y absorbe gran parte de mi tiempo dedicado a la escritura.
Por otro lado, Andros, haciendo acopio de Dios sabe que valor, aplaudió mis versos, y me animó a recopilarlos todos en una obra. Lo hice de buen gusto cuando escuché que recitaba de memoria una de mis pocas poesías. Algo tan sencillo como transcribir, toma más tiempo del pensado si se trata de recopilar versos de años atrás, escondidos en libretas enmohecidas del instituto. Y así, corrigiendo textos y creando otros que corregiré más adelante, ha pasado el tiempo sin que tengais noticias mías.
Lo peor de todo, es que el motivo por el que he vuelto es más triste de lo que nunca imaginé. Para los fieles que me habeis leido desde la primera entrada, no será de extrañar, pero las nuevas incorporaciones, temo no tengan mucha idea. Os explico someramente:
Yo nunca he sido aficionada al internés este. Prefería perder el tiempo leyendo en vez de desentrañar los misterios habidos y por haber de un progamilla con el original nombre de "mensajero" (o messenger en la versión anglo-culta no utilizada por nadie). Pasado un tiempo me encontré con que sabiendo hacer páginas web, no quería ser parte de la masa de niños que con el frontpage hacían cuatro chorradas, y empezaban a formar parte del curtido mundo del bussines-net. Me negué, hasta... bueno, hasta este blog. Remitiendo a mi primera entrada, os explicaré que decidir empezar un blog fué un duro golpe para mi orgullo, pero a fin de cuentas certero, y en realidad sin mucha trascendencia. Aún es hoy el día que evito hablar de este rincón on-line que me convierte en masa (como dirían los famosísimos filósofos -entiéndase mi ironía por favor-Ortega y Gasset ). No obstante tengo una graciosísima -y mucho más que peculiar- compañera de trabajo que me ha extañado en vacaciones y pensó en contactar conmigo en un par de ocasiones. Sus medios de comunicación son muy distintos a los míos y me ha planteado la duda de rebajarme -si cabe- un poco más. Sí amigos, hablo de un pésimo invento de un estudiantucho (si no recuerdo mal) de Harvard , llamado comunmente libro-cara (o facebook para los que utilizen la versión anglo-culta, que no serán muchos). ¿Qué es eso? Por contener la palabra libro, deberia estar entre mis favoritos, pero está entre mis repudiados. Lo conoceis ¿verdad? Todos sabeis lo que es... y esa es exactamente la razón por la que lo evito. Masa, masa, masa y más masa. No quiero ser como los demás, y para el blog había una razón, pero ¿que me aporta hacerme un facebook? ¡Lo he descubierto! Ayer lo descubrí. Fue cuando mi compañera me indicó amablemente lo divertido que era, y me enseñó las fascinantes funciones del libro-cara. El muro, el perfil... cosas nuevas para mí, pero que no me impresionaban. Lo fascinante fue algo que solo comentó de pasada... " Aquí estamos María y yo acariciando un dinosaurio
¡Dios! ¡Estaban acariciando a un dinosaurio! Yo también quería acariciar con ellas dos a un dino, me dije. 
¿Debo hacerlo? ¿Acaricio al dinosaurio? ¿Que hago? ¿¡¡¿LO ACARICIO?!!??
Si he de rebajarme más, prefiero tener vuestro consentimiento o vuestra negación. Me niego a consentir un defraude hacia vosotros por mi parte. ¿Seré más masa con un facebook? 
Élide, querida amiga, ¿que has hecho conmigo? ¿No eras feliz tú sola con tu dinosaurio? ¿Tan suave és?

lunes, 8 de junio de 2009

Reencuentras extraños... y desconcertantes.

Con el transcurrir del tiempo, vas evolucionando. En ocasiones es más bien una especie de involución extraña, pero al fin y al cabo un cambio. Y de nuevo el tiempo sigue pasando y cambiándonos, y llegado el momento te reencuentras con gente, y esperas que ellos noten tus involuciones o evoluciones, pero digan lo que digan, nunca escucharás lo que quieres oír, del mismo modo que nunca dirás lo que quieren escuchar. 

Hace años del instituto, y me han pasado muchas cosas desde entonces, muchas. Sé que he cambiado muchísimo esperaba que la gente lo notase, pero eso no se ha dado. Por el contrario, todos los demás han cambiado y lo he notado, han cambiado hasta extremos insospechados. En un caso en particular la persona ya no es la que era. Su cambio, ha operado en su cuerpo y en su mente hasta resultarme un completo desconocido. Su tono de voz ya no tiene nada que ver con el que era, su personalidad es mucho más segura y definida, parece una persona con sueños y objetivos, introvertida sentimentalmente hablando, pero nada tímida. No obstante, y a pesar de todo esto, sabría que es él incluso con los ojos cerrados. Porque el flujo de energía sigue presente, y te hace sentir agusto, exactamente igual que hace cinco años

Ya os he hablado de esto, son mis compañeros de clase, en el turno de tarde de aquel año infernal. Todavía no he visto a Garay, pero si a los otros dos torturadores. Me sorprendió que los cinco primeros minutos de conversación no fueron nada distantes, fue, llamémoslo un lunes en los pasillos del Juan de Garay, tras un sencillo fin de semana. Había cambiado todo, pero no parecía haber cambiado nada. Nosotros habíamos evolucionado, pero las relaciones se detienen y perduran, hacen un pause en el punto en que se quedaron, y si no hay relación alguna, siguen en un lado del camino esperando ser retomadas. Y cuando eso pasa, hablas igual que hablabas a esa persona, y la miras igual que la mirabas, aunque ya no mires a nadie más así y aunque esa forma de mirar ya no te pertenezca. Sin embargo es una acción que perdura, que se detiene hasta ser retomada. Pero después ¿cuanto tiempo continua siendo así? Es cuestión de minutos, quizá media hora, pero en ese tiempo aplicas paulatinamente y sin querer, los años de evolución a una persona que no estuvo presente durante ese periodo. Y tras una hora de compañía, ya no te miran igual, e incluso hablan diferente. Creo que existe un reflejo fantasma de las personas en la mente de todas las que las conocen. De este modo cuando oyes su nombre, lo asocias a algo, a un fantasma que tu has creado a través de tus impresiones-remito al post anterior- y que se congela en ausencia de esa persona. Después la ves y ese fantasma tarda en evolucionar, pero cuando lo hace los cambios son tan obvios que abruman y confunden. Y entonces ... ¡Puf! Todo es nuevo, y no sabes que hará esa persona, que va a decir, o como va a reaccionar. En cuestión de minutos, el fantasma se deshace, y se reconstruye, con falsos picos de ideas pasadas que asocias con alguien pero que ya no existen. 

Pasan unas horas y hablas de algo con ellos, y sabes que jamás te habías imaginado hablando de eso con esas personas, pero que de pronto lo estás haciendo. Y después te planteas que en realidad el sentimiento que te producen esas personas, que su flujo de energía, no ha variado con respecto a tí, aunque ya no sean los mismos. Todo es absurdo.

Llega entonces el momento de preguntarse, como diría mi colega Diego... ¿Estamos locos o qué?

lunes, 1 de junio de 2009

Víctimas del azar.

Son sentimientos latentes que ya no laten. Solo estuvieron dentro de tí para después desaparecer y dejar una estela muerta que nunca dejará de ser un camino recorrido. Esos caminos nos crean y nos destruyen, y jamás somos conscientes de cuando los empezamos a caminar. Y es que no hay principio definido que marque un comienzo concreto. Son sendas ambiguas que no sentimos bajo nuestros pies hasta que las dejamos atrás, y entonces ya es demasiado tarde para rectificar. Después ya solo queda juzgar lo pasado, valorar los atrasos y adelantos.
Son sentimientos latentes pero falsos, porque ya dejaron de ser. Es la creencia de que no nos gusta el mango, a pesar de que hace ocho años que no lo probamos. Es un sentimiento latente que das por hecho, y que tiene la fuerza suficiente para definirte, a pesar de que ya no es. Su solo recuerdo basta.
Es conocer a una persona en un dia de euforia, y saber que esa persona va a catalogarte como impulsiva aunque solo te haya visto así una vez.
Somos víctimas casuales de las primeras impresiones, del azar y de la asociación libre, en un mundo que no sabe enseñar y en los libros que nadie sabe leer. Somos trozos de cerámica de un jarrón roto, del que se ha olvidado el dibujo y que solo deja paso a la intuición, porque es imposible de recomponer.
Por eso nos permitimos ser intuidos y juzgados, inconscientes del camino que se forma bajo nuestros pasos. Pasado el punto sin retorno, miraremos atrás y observaremos el resultado de esos momentos que no escogemos, pero que nos forman. Veremos entonces que el mundo ha llegado a conocernos y a definirnos por momentos de los que no somos dueños ahora, ni lo fuimos en su momento, porque la inconsciencia nos nubló las mentes.
Entonces... ¿Qué queda? Queda juzgarnos y valorar los adelantos y atrasos porque la rectificación ya no es posible. ¿O acaso podemos variar una idea preestablecida sobre nosotros mismos, de la que hemos sido responsables a cada segundo de nuestra existencia, aún sin saberlo? ¿Como podríamos hacernos creer entonces?

martes, 19 de mayo de 2009

Números

Hoy ha sido otro de esos días. El tiempo martilleaba mi despertador y mi cabeza. Iba viendo como la luz roja, en la pantalla negra, de este día gris, marcaba mis sueños blancos. Y cambiaba un número, y después el siguiente. Todo ceros otra vez, ceros vacios, solo con margen y huecos que no se pueden llenar más que con segundos, que cuando intentas mencionar... desaparecen.
Y esperas callada sabiendo que inexorablemente los números no van a detenerse jamás, aunque el reloj deje de existir. Los segundos suenan siempre, queramos o no escucharlos. Pero hoy ha sido uno de esos días: he notado la textura de las cosas que nadie nota, y he escuchado sonidos que nadie escuchaba. Por la calle, la cremallera del bolso de una mujer, parecía una puerta cerrándose. Mi cepillo de dientes tiene temperatura ambiente, a pesar de que debería estar frío. Tengo unos pantalones con tacto a legumbres. Los tikets del supermercado parecen pan de ángel. Y mientras todo sucedía, los números seguían cambiando. Pero hoy estaba triste porque los notaba. En uno de esos días siempre los noto, y en esos mismo días ignoro el grito, y oigo el goteo.
Hoy también trabajo, y los números seguiran cambiando. Mañana también lo harán. Teñirán de rojo mi cara mientras duermo, y guardarán mis sueños como un vengador a la espera de que se cometa la injusticia.
Mañana no será uno de esos días. Mañana seré de nuevo una más. Los tiquets volverán a ser papel, y mis pantalones serán de nuevo lino. Me odiaré por no notar los números, y porque la luz roja, en la pantalla negra, del día blanco, ya no marcará mis sueños grises.

He vuelto.

lunes, 18 de mayo de 2009

¿Qué se supone que hago ahora?

Ahora me siento extraña... no estoy escribiendo, pero tampoco estoy dejando de escribir. No tengo el suficiente talento para hablar de cosas importantes, pero tampoco me atrevo a escribir de trivialidades. No me dedico a filosofar, pero siento como si estuviera haciéndolo a cada momento. No me veo capaz de escribir, pero por ello tengo ganas de hacerlo. No creo que esté escribiendo bien, pero me satisface leer lo que escribo. No tengo tiempo para escribir aquí, pero me encanta perderlo haciéndolo. Todavía no he vuelto al blog, pero me siento más presente que nunca. Casi nadie deja comentarios, pero noto que me lee más gente. Se sopone que debería por ello escribir mejor, pero se me ha olvidado como hacerlo. Me siento más observadora que antes, pero no consigo entender lo que escribo.
Ahora me siento extraña... no estoy escribiendo, pero tampoco estoy dejando de escribir. ¿Qué se supone que hago ahora?

Anónimos más que nunca

Esta será una entrada breve a propósito de los anónimos. En el anterior post, alguien ha escrito "Hola isil,me gusta como escribes,tienes que actualizarlo mas a menudo y asi me enterare de lo que quieres decir". Fue otro pequeño logro, y ora pequeña sonrisa. Más que suficiente para mí. Y en realidad, solo es un anónimo, ¿o no?. Es gente que se pasea por internet y se topa con páginas que le suscitan cierto interés. Entonces deciden añadirla a su biblioteca de favoritos. Ha llegado un punto en la historia de mi raído blog en el que un comentario de un anónimo, llamémoslo "no invitado", me importa más que la de una persona invitada. ¿Mi gran interrogante? Solo quisiera saber porqué la calidad de mi blog decrece con el tiempo, en lugar de ser a la inversa. De este modo, los nuevos "no invitados", podrían ver en primer lugar mis pequeñas obras de diciembre de 2008, cuando importaba más una palabra bien escrita, que diez que dijeran lo que realmente quería decir.
Este post es para recordar a esa gente nueva, que la página que ahora mismo visitan, un día tuvo un buen contenido, que espero vuelva pronto, porque extrañamente... no depende de mí.
Por favor, pasead por los post con contenido, antes de juzgar este espacio por lo que ahora veis, que no es mucho. Sé que puedo dar más, y tengo buenas ideas que todavía no sé compartir. Con los años madurarán y podré dar de comer a alguien con ellas. Para que se nutra tanto como lo hago yo de ellas. Por ahora... ¿como decirlo? Digamos que estoy a dieta.

sábado, 16 de mayo de 2009

Sé que no es brillante, pero puede que eso ya no pueda ser.

He releido algunas entradas de este blog, y no las entiendo. Ya no me acuerdo de qué es lo que pensaba cuando las escribí, y han perdido sentido. Son palabras, son preciosas palabras que suenan a música, pero que no sé que dicen. Me ha entrado un horroroso miedo al pensar que vosotros podais leerlas sin entender, como yo, lo que dicen. ¿Hace falta releer dos veces un fragmento de mis textos para entenderlo? Ojalá no.
Ayer salí. Mis amigos se marcharon y yo me quedé sola en el Carmen. Nacho, mi compi de trabajo a conseguido que pierda el miedo a esas situaciones. Encontré a gente que conocía y me reí mucho. Terminé la noche sentada en una acera hablando con dos almas perdidas como la mía, que no tienen inconvenientes en hablar de una existencia que les viene grande. Mi brazo, por un estúpido comentario que hice al inicio de la noche, terminó lleno de números. Alex no se ha imutado. No me sorprende.
Me siento bien en cierto modo porque yo propuse salir. Pasar de una noche en casa jugando con mis amigos a algo, e ir a ¿como decirlo?.... relacionarse. Fue bien. Todos conocimos a gente. Momo parecía en su salsa, y sacó beneficio de la noche. Santi, (una nueva adquisición, aunque no se sabe si duradera) no pareció divertirse. Eso me confirmó varias teorías que me sobrevuelan la azotea. Marian estaba preciosa, y más animada de lo que esperaba encontrarla. También se rió mucho. Chapurreamos inglés bajo los efectos del alcohol (algo que no sabía poder hacer), y también extrañé a gente.
Me dijeron que había cambiado muchísimo unos amigos. Y eso me animó, porque de todo lo que quiero ahora, lo que más necesito, es distanciarme de lo que era.
Sé que no estoy escribiendo una gran entrada. Habreis de disculparme porque todavía no he vuelto, y ha de concedérseme cierto margen de error.
Parece que exceptuando Knuckle, esto ha muerto. Ahora son palabras perdidas en internet, como recodos de bites prescindibles. Pero son recodos que yo no quiero perder.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Sigue callado. Solo espera.

Ha pasado mucho tiempo desde que no escribo. Tanto que lo único que se me ocurre decir es que hoy es la copa del rey, que me he comprado una raqueta de padel, y que hoy he hecho una clase de ritmix muy divertida. Todo lo demás se escurre de mi mente.
¿Porqué estoy aquí? Para recordar que te sigo teniendo pendiente.
Cada vez que entro y te veo, pareces expectante y me miras con aparente deseo de que te muestre algo nuevo, pero blog... no puedo todavía. Dame un tiempo más y sigue en silencio y a la escucha, porque sé que el día que hables, no podrás decirme nada que necesite escuchar.
Igual que yo a tí.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Volveré para todos y para todo, pero todavía no.

Llevo unas semanas pensando en cuando empezar a escribir de nuevo, y que en el momento en que lo haga, probablemente tenga que inventar palabras para explicaros todo lo que quiero explicar.
Empezaré bien: lo siento. No os hablo tanto a vosotros que me leeis, creo que me hablo a mí. He fallado, y mi caida no ha sonado nada en este suelo durísimo. Eso ha sido más triste todavía. Ver que a pesar de haber dejado aparcado mi fuerte propósito, no ha habido ni una sola persona que me dijera... ¡escribe en el blog!
Realmente no sé de lo que hablo, porque la única persona que necesitaba que yo escribiera, es esta cabezota y maltrecha Alba, que ahora se esconde tras un texto victimista.
No os lo imaginais... robos, juzgados, comisarías, tiendas y tiendas, llamadas obligatorias a gente que no entendía nada... De verdad que existe un gran motivo por el que lo he dejado. Si, he fallado, pero como he dicho, nadie se ha dado cuenta de mi caída, ha sido demasiado silenciosa, y por tanto, disimulada. Más adelante, cuando ponga de nuevo en orden mi vida, y deje de mentirle a las personas que me importan, os contaré que sucede. Hasta entonces comentaros que en este tiempo sin escribir he desarrollado ciertas aptitudes nuevas que he aprendido de mis ultimas y jodidísimas experiencias:
Si antes era desconfiada, ahora lo soy más. Soy más cauta, y me noto más autosuficiente, capaz de sobrellevar más cosas. Mis estudios, aunque viento en popa, han hecho que desconfíe más de mi capacidad. Y bueno... ahora, yo y Alex, tras todo lo que ha pasado somos como un puto Titan. Sabemos que ya nada puede con nosotros, aunque a menudo hablemos con realismo del final de nuestra relación. Un final que ambos creemos improbable, pero nos vemos obligados a pensar en él por nuestra recién estrenada desconfianza.
En fin. Ya solo me queda deciros que por favor no creais que este post significa que he vuelto. Solo es que tengo demasiadas cosas a medias, y esta es mi manera de decir que sé que esto me queda pendiente. Volveré cuando tenga mi mesa, mi estantería, mis libros y mi mullida moqueta para meditar. Solo entonces, cuando pueda tener un ritmo de vida estable, me didicaré a escribir.
En el mundo real, al parecer no hay tiempo para utopías, ni para falsos escritores que nunca llegarán a serlo.