sábado, 6 de diciembre de 2008

Su propio nirvana níveo, no el mío.

""Si estas buscando cambiar el modo de enfocar tu vida, es porque no te gusta; ¿me equivoco? Tal vez tu buda personal esta en casa y no te has dado cuenta de ello, ¿o acaso no te lleva al "nirvana" cuando le abrazas? Saludos. ""
Ese es Andros. Ha llegado a ser mi amigo sin saber muy bien como. Para los que anden perdidos les informo: En mi anterior post planteaba mi imposibilidad de llevar a cabo el sistema de vida budista por el hecho de no poder concentrarme solo en mí. Hablaba de que para practicar un budismo sano, se necesita estar absolutamente sola, y creo que hoy en día no es muy posible que eso suceda. Andros, (el amigo de una amiga que ha llegado a ser el mío de nuevo tras un lapso de tiempo de incomunicación) comenta la cita que encabeza esta entrada. No es la primera vez que lo menciono aquí.
Contestaré de manera un poco más extensa por el riesgo que entrama responder de manera incompleta a tan complicada pregunta. Puede ser malinterpretada con mucha facilidad. Quiero dejar constancia de que no me preocupa la reacción de mi novio. Él jamás visitará este blog. Mis movidas no le interesan y no pierde el tiempo de esta manera. Se dedica a otros hobbies que yo respeto, pero no apruebo. Mantenemos una relación sana, y dudo mucho que unas palabras puedan afectarle.
En fín, iremos por partes: “Si estas buscando cambiar el modo de enfocar tu vida, es porque no te gusta; ¿me equivoco?” No Andros, no te equivocas. Mi vida no me gusta en absoluto, pero estoy feliz porque el rumbo que estoy tomando con ella es el que quiero tomar. Tengo un rebelde inconformismo con todo lo que tenga que ver con mi día a día, por unos problemas perpétuos de sueño que por desgracia no remiten con los años. De modo que mi colcha, mi novio, las paredes de mi casa, mi familia, un peluche o mis nuevas botas, me son indiferentes en mi día a día. Esas cosas no me hacen feliz o desdichada. Solo tienen el poder de mejorar mi estado de ánimo o de empeorarlo. Es horrible, pero es la verdad. Tengo un gigantesco problema que como decía Marcos, es el eterno enigma de la flor que crece a la inversa: lo que hay alrededor de mi cuerpo no es exactamente mi realidad. Mi realidad está dentro de mí, y todo nace y muere en mi interior. Es como una flor que ya había nacido cuando comienza su existencia. La riqueza del suelo, la lluvia y el sol no le afectan en su crecimiento, solo lo hace más llevadero. La flor crece o muere por algo que no está a la vista de nadie. EL mundo entero se sorprenderá viendo como una flor entre cenizas y a la sombra, crece bien. De igual modo que se sorprenderían al ver otra que muere bajo el sol. Así es mi mundo, empieza desde dentro. Si dentro está bien, todo está bien. Pero si está mal, no importa todo lo bien que esté lo demás. Marcos lo explicaría mejor, si desea deleitarnos con su sabiduría, estoy abierta a sugerencias. De modo que no, Andros, ahora estoy trabajando un poco más en mí como ya os he comentado, pero realmente, no soy feliz y me queda mucho por hacer.
Continuemos: “Tal vez tu buda personal esta en casa y no te has dado cuenta de ello, ¿o acaso no te lleva al "nirvana" cuando le abrazas?” Realmente sí, pero el nirvana que yo busco no es el que él me puede ofrecer. Tiene un modo de vida contagioso, por lo cómodo que es. He aprendido de él una lección que personas mucho más inteligentes que todos nosotros no me han conseguido enseñar: “Para ser normal, solo tienes que serlo, porque no eres diferente a nadie hasta que tú lo decides.” Os aseguro que estas palabras, jamás van a salir de su boca, y nunca lo han hecho. Pero lo aprendí viendo como una persona tan terroríficamente complicada como Alex, se adaptaba a todo sin ningún tipo de problema. Él si que tiene un nirvana práctico: es el “nirvana níveo”. Un jodido lienzo en blanco, con mil brochas delante, todas sin usar. Y cuando lo abrazo, mi lienzo pintarrajeado se desdibuja, y se queda como el suyo. O a lo mejor, mi lienzo se convierte en el suyo, no lo sé.
Sí, es un nirvana, pero para estar feliz en mi interior, necesito ver que dibujo se oculta tras mis pinceladas inconexas. No soy conformista, un paisaje blanco no me vale en absoluto, aunque me alegre que él tenga el suyo eso no forma parte de mí.
Tener un folio en blanco delante durante demasiado tiempo, significa que no te atreves a ensuciarlo. El problema es que mi pintura es horriblemente densa, oscura y pegajosa… y me cuesta mucho poderla borrar.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Tuve un momento de clarividencia gracias a mi gato

Voy a hablaros de algo que me turba y sobre lo que seguro que dejaré más entradas por aquí. Hoy abriremos boca.
Comprendo las cuatro nobles verdades, y admiro el budismo por encima de todas las cosas. He conocido a dos grandes personas que practicaban esta forma de vida y solo con encontrarte cerca de ellas se iluminaba tu propio mundo interior. Las admiro porque yo por ejemplo soy incapaz de involucrarme en esa “no-religión” con mi ritmo de vida. Recuerdo que solía pensar: quiero ser como ella. Era cierto, yo quería ser así de feliz. Sin embargo cuando le preguntaba me decía que ella no era feliz en absoluto, y que de hecho no sentía simpatía hacia su propia persona. Buscaba incesantemente algo dentro de ella que la llevase a encontrar su paz. Pero, ¿acaso podía sentirse más en paz de lo que ya estaba? Yo era idiota, claro que sí, y ahora comprendo que me hablaba de algo llamado “nirvana”. Llevo muchísimo tiempo investigando el budismo, anhelando en vano llevar esa vida idílica que llevan, incluso en su interminable búsqueda de la iluminación. Las turbaciones internas de los budistas, son admirables, sin embargo, -y siento si algún budista lee mi ignorancia- me parecen tristes desde el punto de vista sentimental. Al parecer los budistas consideran que el principio de la insatisfacción es el deseo, y yo pienso que según esta regla, ningún budista puede enamorarse. Porque a fin de cuentas el amor, desde el punto de vista más consciente, significa el deseo que se siente hacia algo o alguien (olvidándonos de un punto de vista puramente físico). El hecho de no poder enamorarse me parece muy inteligente, más que eso, me parece algo muy sabio y productivo, sobre todo para cultivar la paz interior. Sin embargo me produce desazón por lo que eso significa en mi caso.
Ya he hablado de la afinidad que siento hacia el modo de vida budista, pero sé que yo no podría practicarlo jamás. De hecho no voy a engañar a nadie, me siento más budista que nunca (remito a la anterior entrada de este blog), pero busco y busco dentro de mí los principios a los que se remite, y no encuentro más que obstáculos. Para practicar el método de vida budista, ante todo, tienes que encontrarte solo. Necesitas estar contigo mismo y con nadie más. Y yo, en el sentido metafórico de la palabra, estoy casada. Esas personas a las que yo conocía, se habían entregado tanto en su búsqueda que no permitían que nada ni nadie turbasen su mente. Eso ya es un sacrificio gigantesco. Yo aunque a mi modo, practico esa casi religión no teológica. Pero no estoy en disposición de vida para adherirme totalmente al budismo: sencillamente, no estoy preparada. Vivo con alguien, y cuando me tumbo en la cama y comienzo a vaciar mi mente después del duro día de trabajo, preparándome para encontrar el difícil estado jhāna, Alex se gira y me dice: “Cariño, Boo me está chupando el pelo”
Fue entonces cuando descubrí porqué existen los templos budistas. Fue mi pequeño nirvana personal.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Ultimos tiempos de abstinencia.

Solo tengo una forma de describir mi actitud estas largas semanas: ausente. No me juzguéis todavía, joder, que de verdad tengo una buena excusa. He estado con la mano malita, tuve un esguince de estos chungos con roturas fibrilares, fibrales o algo así, y he estado de baja dos largas semanas. Además en mi casa hay reformas y mi precioso Imac permanece tapado y protegido bajo los plásticos que protegen mi casa, tristemente desconectado. No he podido prestar mucha atención a mi fea costumbre de escribir.
Yo he vagado por Valencia todos los días. He encontrado tiendas raras, tiendas caras, tiendas muy muy caras, y tiendas de mierda. Pero sobretodo me he encontrado a mí misma. Paseaba y paseaba durante horas, y de pronto encontraba una librería y me colaba dentro. Tomaba cafés en sitios chulos, y probaba pasteles nuevos. Y he estado sola todos los días. Nadie me ha llamado, excepto Nacho y Knuckle, una vez cada uno. Y la verdad es que no hablé con ellos. No estaba en ninguna de las dos ocasiones, justamente por eso: estaba simplemente vagando. De vez en cuando llamaba a Momo, aburrida a veces, otras melancólica. Pero estas semanas la pobre iba acelerada, y he sido un estorbo para ella. Me ha prestado más atención de la que debía darme.
La mayoría de las noches las he pasado en casa de mis padres, por eso de mis ascos a la limpieza. No podía soportar muy bien eso de que todo estuviese lleno de polvo sin poder hacer nada, pero en fin, se ha sobrellevado la estancia en mi antiguo barrio por varios motivos:
1- El hecho de haber convivido algunos días con mis padres me ha hecho ver lo difícil que es convivir con ellos. Me he sentido bien sabiendo lo guay que es forjar unas nuevas costumbres “caseras” al margen de ellos.
2- He podido recordar como era aquel machacado camino hacia el instituto, y he pasado por su puerta sonriendo por haber dejado atrás aquella etapa de mi vida, en la que la gente trivial aparecía y desparecía de mi vida a diario machacando mi cabeza.
3- Me he cruzado con gente que conocía por la calle, y me ha hecho muy feliz ver que ni siquiera me han reconocido. Me ha hecho feliz ver que simplemente todo ha cambiado. Sin ir más lejos, gente que pasea por aquí ni tan siquiera me ha mirado a la cara cuando he pasado por su lado. También me ha sucedido con Fuen, otra antigua compañera. Cierto es que mi apariencia física no ha variado mucho, pero simplemente desapareces de la vida de la gente, y luego ya no eres algo especial entre el gentío. Algo que por ejemplo no pasó con Anet con quien tuve un conversación agradablemente trivial un día que nos cruzamos.
4- He recordado antiguos noviazgos. Cosas que empezaron en el patio de esa finca en patraix, y que terminaron en mi sofá. Otras cosas que me llevan a ver un carísimo coche aparcado en el cutre callejón de aquí al lado, o una moto gigante que desentonaba con el entorno, esperándome. Tertulias con Knuckle en el salón o en mi habitación. Fiestas a oscuras en mi casa jugando a las tinieblas… Pero sobre todo he recordado como empezó mi relación actual. El dulce noviazgo…. No, es mentira, el noviazgo no fue nada dulce. Fue terroríficamente amargo por diversas pérdidas que se sucedieron desde el momento que mi cuerpo tocó el de Alex. O por lo menos fueron duros los primeros meses. Después empezamos a centrarnos un poco más en nuestra relación, y menos en la de los demás. Pero recordar me ha venido bien, y ¿porqué no? A Alex y a mí tampoco nos ha ido mal del todo separados unos días (él si pudo soportar la suciedad del piso, y se quedó allí). Me ha servido para pensar como empezó todo, y como hemos evolucionado, como pareja, como personas y sobretodo, como adultos. Ahora la casa va viento en popa, y dentro de sus estrecheces, sé que va a quedar preciosa porque la hemos hecho nosotros. Puede que también tenga algo que ver la pasta que nos hemos dejado en el pisito… ¬¬
5- Otro de los motivos por los que me ha sentado bien volver, ha sido mi cuarto. Ahora el piso sí que está en condiciones para que pueda llevarme mi montaña de libros allí, pero los he echado mucho de menos, y he podido meditar a gusto, en una casa vacía. Perdonad que insista, pero de verdad me ha servido para encontrarme a mí misma. Necesitaba estar sola un tiempo, sin los agobios del trabajo. Aunque reconozco que he extrañado el trabajo y los compis, creo que no había podido soportar el agobio de la reforma y el trabajo todo junto.
6- Solo escribo este punto porque los números impares me parecen imperfectos, y terminar con un número cinco sería casi peor que terminar con una coma.
Y en fin esa ha sido mi vida estas últimas semanas. No he escrito nada de nada, excepto quizá resúmenes para el cole, pero eso no cuenta creo. Pronto os seguiré contando.
Muchas gracias por pasaros por aquí.