martes, 19 de mayo de 2009

Números

Hoy ha sido otro de esos días. El tiempo martilleaba mi despertador y mi cabeza. Iba viendo como la luz roja, en la pantalla negra, de este día gris, marcaba mis sueños blancos. Y cambiaba un número, y después el siguiente. Todo ceros otra vez, ceros vacios, solo con margen y huecos que no se pueden llenar más que con segundos, que cuando intentas mencionar... desaparecen.
Y esperas callada sabiendo que inexorablemente los números no van a detenerse jamás, aunque el reloj deje de existir. Los segundos suenan siempre, queramos o no escucharlos. Pero hoy ha sido uno de esos días: he notado la textura de las cosas que nadie nota, y he escuchado sonidos que nadie escuchaba. Por la calle, la cremallera del bolso de una mujer, parecía una puerta cerrándose. Mi cepillo de dientes tiene temperatura ambiente, a pesar de que debería estar frío. Tengo unos pantalones con tacto a legumbres. Los tikets del supermercado parecen pan de ángel. Y mientras todo sucedía, los números seguían cambiando. Pero hoy estaba triste porque los notaba. En uno de esos días siempre los noto, y en esos mismo días ignoro el grito, y oigo el goteo.
Hoy también trabajo, y los números seguiran cambiando. Mañana también lo harán. Teñirán de rojo mi cara mientras duermo, y guardarán mis sueños como un vengador a la espera de que se cometa la injusticia.
Mañana no será uno de esos días. Mañana seré de nuevo una más. Los tiquets volverán a ser papel, y mis pantalones serán de nuevo lino. Me odiaré por no notar los números, y porque la luz roja, en la pantalla negra, del día blanco, ya no marcará mis sueños grises.

He vuelto.

lunes, 18 de mayo de 2009

¿Qué se supone que hago ahora?

Ahora me siento extraña... no estoy escribiendo, pero tampoco estoy dejando de escribir. No tengo el suficiente talento para hablar de cosas importantes, pero tampoco me atrevo a escribir de trivialidades. No me dedico a filosofar, pero siento como si estuviera haciéndolo a cada momento. No me veo capaz de escribir, pero por ello tengo ganas de hacerlo. No creo que esté escribiendo bien, pero me satisface leer lo que escribo. No tengo tiempo para escribir aquí, pero me encanta perderlo haciéndolo. Todavía no he vuelto al blog, pero me siento más presente que nunca. Casi nadie deja comentarios, pero noto que me lee más gente. Se sopone que debería por ello escribir mejor, pero se me ha olvidado como hacerlo. Me siento más observadora que antes, pero no consigo entender lo que escribo.
Ahora me siento extraña... no estoy escribiendo, pero tampoco estoy dejando de escribir. ¿Qué se supone que hago ahora?

Anónimos más que nunca

Esta será una entrada breve a propósito de los anónimos. En el anterior post, alguien ha escrito "Hola isil,me gusta como escribes,tienes que actualizarlo mas a menudo y asi me enterare de lo que quieres decir". Fue otro pequeño logro, y ora pequeña sonrisa. Más que suficiente para mí. Y en realidad, solo es un anónimo, ¿o no?. Es gente que se pasea por internet y se topa con páginas que le suscitan cierto interés. Entonces deciden añadirla a su biblioteca de favoritos. Ha llegado un punto en la historia de mi raído blog en el que un comentario de un anónimo, llamémoslo "no invitado", me importa más que la de una persona invitada. ¿Mi gran interrogante? Solo quisiera saber porqué la calidad de mi blog decrece con el tiempo, en lugar de ser a la inversa. De este modo, los nuevos "no invitados", podrían ver en primer lugar mis pequeñas obras de diciembre de 2008, cuando importaba más una palabra bien escrita, que diez que dijeran lo que realmente quería decir.
Este post es para recordar a esa gente nueva, que la página que ahora mismo visitan, un día tuvo un buen contenido, que espero vuelva pronto, porque extrañamente... no depende de mí.
Por favor, pasead por los post con contenido, antes de juzgar este espacio por lo que ahora veis, que no es mucho. Sé que puedo dar más, y tengo buenas ideas que todavía no sé compartir. Con los años madurarán y podré dar de comer a alguien con ellas. Para que se nutra tanto como lo hago yo de ellas. Por ahora... ¿como decirlo? Digamos que estoy a dieta.

sábado, 16 de mayo de 2009

Sé que no es brillante, pero puede que eso ya no pueda ser.

He releido algunas entradas de este blog, y no las entiendo. Ya no me acuerdo de qué es lo que pensaba cuando las escribí, y han perdido sentido. Son palabras, son preciosas palabras que suenan a música, pero que no sé que dicen. Me ha entrado un horroroso miedo al pensar que vosotros podais leerlas sin entender, como yo, lo que dicen. ¿Hace falta releer dos veces un fragmento de mis textos para entenderlo? Ojalá no.
Ayer salí. Mis amigos se marcharon y yo me quedé sola en el Carmen. Nacho, mi compi de trabajo a conseguido que pierda el miedo a esas situaciones. Encontré a gente que conocía y me reí mucho. Terminé la noche sentada en una acera hablando con dos almas perdidas como la mía, que no tienen inconvenientes en hablar de una existencia que les viene grande. Mi brazo, por un estúpido comentario que hice al inicio de la noche, terminó lleno de números. Alex no se ha imutado. No me sorprende.
Me siento bien en cierto modo porque yo propuse salir. Pasar de una noche en casa jugando con mis amigos a algo, e ir a ¿como decirlo?.... relacionarse. Fue bien. Todos conocimos a gente. Momo parecía en su salsa, y sacó beneficio de la noche. Santi, (una nueva adquisición, aunque no se sabe si duradera) no pareció divertirse. Eso me confirmó varias teorías que me sobrevuelan la azotea. Marian estaba preciosa, y más animada de lo que esperaba encontrarla. También se rió mucho. Chapurreamos inglés bajo los efectos del alcohol (algo que no sabía poder hacer), y también extrañé a gente.
Me dijeron que había cambiado muchísimo unos amigos. Y eso me animó, porque de todo lo que quiero ahora, lo que más necesito, es distanciarme de lo que era.
Sé que no estoy escribiendo una gran entrada. Habreis de disculparme porque todavía no he vuelto, y ha de concedérseme cierto margen de error.
Parece que exceptuando Knuckle, esto ha muerto. Ahora son palabras perdidas en internet, como recodos de bites prescindibles. Pero son recodos que yo no quiero perder.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Sigue callado. Solo espera.

Ha pasado mucho tiempo desde que no escribo. Tanto que lo único que se me ocurre decir es que hoy es la copa del rey, que me he comprado una raqueta de padel, y que hoy he hecho una clase de ritmix muy divertida. Todo lo demás se escurre de mi mente.
¿Porqué estoy aquí? Para recordar que te sigo teniendo pendiente.
Cada vez que entro y te veo, pareces expectante y me miras con aparente deseo de que te muestre algo nuevo, pero blog... no puedo todavía. Dame un tiempo más y sigue en silencio y a la escucha, porque sé que el día que hables, no podrás decirme nada que necesite escuchar.
Igual que yo a tí.