jueves, 24 de septiembre de 2009

Piedra, papel y con suerte tijera.

A veces no se trata solo de esperar. La suerte no juega un papel tan importante como creemos en nuestra vida. No se trata de esperar que las cosas salgan bien o salgan mal. Debemos intentar, en la medida de lo posible, formar parte de un todo que nos arrastra sin importar a donde, a no ser que nos hagamos notar en el torbellino. Creo que solo hace falta un poco de fuerza para detenernos en la marea de viento que nos lleva como papeles a merced del aire. Pero nadie hace esa fuerza. 
Hoy ha llegado la noche, y no recordaba nada importante o trascendente que hubiera dicho, hecho o pensado hoy. Nada, ni una mísera palabra. No he sido consciente de mi vida, de mis horas despiertas de hoy. ¿Que he estado esperando? ¿Suerte? ¿Ganas? El tiempo no está para perderlo. Basta con observar y deducir de todos a los que tienes alrededor. Eso ya es aprender, ya es sacar algo en claro. Hoy nada está claro. Un paisaje difuminado emborrona mi confuso día. Me he dejado llevar por el alboroto feliz de la lluvia, y he perdido 24 horas más en un exilio blanco. Estamos tan acostumbrados a él, que incluso a la nada le encontramos engañosas formas. No lo son. No nos engañemos. Las formas no se ven por suerte, ni aparecen por si solas. Hay que hacer un mínimo esfuerzo, plantar los pies en tierra y dejar de ser papel para ser piedra. Y solo así llegaremos a ser tijera. Solo así cortaremos la marea de viento que todo lo lleva y lo arrastra, y veremos formas nuevas. Con colores que no son blancos. 
Han pasado 16 horas vacías, y mi tiempo no está para perderlo.

1 comentario:

  1. Todos tenemos un mal dia de vez en cuando, aunque yo los tengo más de lo previsto y deseado.
    Pero bueno, ganas no dejo de ponerle a todo.

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