lunes, 28 de septiembre de 2009

Resbalón

Celebramos el cumpleaños de Marian. La palabra celebración y decaimiento no deberían ir en la misma frase, pero en mi caso, si que van.
Todo empezó muy bien, y Marian sonreía. Eso parecía ser lo más importante de todo. Marchaba todo sobre ruedas y las ideas convencieron bastante a la cumpleañera. Hubo algunos imprevistos (no vayais a cenar al foster's por vuestro cumpleaños)
A pesar del baile y la locura, cuando llegamos a casa mi yo maníaco-maniático se hizo cargo de la situación. Hubo un torbellino de sensaciones y emociones en mi cabeza que me hicieron decir y hacer cosas muy inusuales en mí. Perdí por un momento ese innato impulso de divertirme a mí y a los demás.
Y tiré a la basura la noche.

No puedo permitirme resbalones así, porque Marian no tiene la culpa. No tiene ninguna.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Piedra, papel y con suerte tijera.

A veces no se trata solo de esperar. La suerte no juega un papel tan importante como creemos en nuestra vida. No se trata de esperar que las cosas salgan bien o salgan mal. Debemos intentar, en la medida de lo posible, formar parte de un todo que nos arrastra sin importar a donde, a no ser que nos hagamos notar en el torbellino. Creo que solo hace falta un poco de fuerza para detenernos en la marea de viento que nos lleva como papeles a merced del aire. Pero nadie hace esa fuerza. 
Hoy ha llegado la noche, y no recordaba nada importante o trascendente que hubiera dicho, hecho o pensado hoy. Nada, ni una mísera palabra. No he sido consciente de mi vida, de mis horas despiertas de hoy. ¿Que he estado esperando? ¿Suerte? ¿Ganas? El tiempo no está para perderlo. Basta con observar y deducir de todos a los que tienes alrededor. Eso ya es aprender, ya es sacar algo en claro. Hoy nada está claro. Un paisaje difuminado emborrona mi confuso día. Me he dejado llevar por el alboroto feliz de la lluvia, y he perdido 24 horas más en un exilio blanco. Estamos tan acostumbrados a él, que incluso a la nada le encontramos engañosas formas. No lo son. No nos engañemos. Las formas no se ven por suerte, ni aparecen por si solas. Hay que hacer un mínimo esfuerzo, plantar los pies en tierra y dejar de ser papel para ser piedra. Y solo así llegaremos a ser tijera. Solo así cortaremos la marea de viento que todo lo lleva y lo arrastra, y veremos formas nuevas. Con colores que no son blancos. 
Han pasado 16 horas vacías, y mi tiempo no está para perderlo.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Lectores, Teilnok; Teilnok, lectores.

Me encantaría tener ganas de mostraros todo el trabajo que estoy haciendo con mi nueva novela. Incluso gran parte de ella está en soporte analógico y no en digital, y eso amigos míos es un gran logro. Pero no tengo ganas. Prefiero plantar dentro de un tiempo- temo que será bastante - un tomo con sobrado condimento en la cara de alguien, sin que ese alguien sepa qué va a pasar en la historia. Quiero que sea una aventura para alguien leer mi libro. Vale, no tiene título, ¿y qué? No es lo único que importa. Lo relevante de ese libro es su protagonista. ¿Su nombre? Teilnok. He decidido recopilar unos fragmentos de él para que os vayais familiarizando con mi coleguita. De la historia no os contaré nada... por el momento.


"Olía a polvo y a madera raída. Se oía crujir la pequeña ventana opaca y sucia que estaba en el rincón más absurdo e inaccesible del lugar. Teilnok advirtió esto, y sonrió divertido, a pesar de su situación. Se sentaba despreocupado sobre una precaria silla, que chirriaba a cada respiración del hombre, al cual -acostumbrado a la suciedad y a aquel olor a rancio- no le importaba traquetear sobre la mesa mugrienta con los dedos."


"El barón seguía mascando, y gruñendo cada vez que miraba a Teil.

-Tu nombre.- Exigió.

Teilnok estaba muy ocupado quitando trozos de barro de sus botas, parecía que contestaba por casualidad.

-Sabandija está bien. Me gusta. Tiene personalidad.

-Dime donde vives.

Teil miró desafiante al barón. Mostró una pícara sonrisa.

-Debería usted de haberme citado en otro sitio más elegante, quizá en el teatro, o en su propia casa, frente a una buena comilona.

-Donde vives.

-Mi gran señor... No estoy muy seguro. Si se refiere a donde paso la mayor parte del tiempo... Entonces frente a una jarra de cerveza. Si se refiere a donde duermo... Entonces ahora vivo en casa de cierto coleccionista de arte que ha dejado a su mujer sola en casa durante su viaje. - Rió - No sé si me entiende...

-Perfectamente.- Asintió confuso el barón. No había obtenido respuesta.

-Seguro.- Teilnok, levantó las cejas, y se puso en pié para apoyarse en la mesa. "Eunuco" Pensó.

El barón dio un imperceptible paso atrás.

-Mi hija ha sido violada. Brutalmente y reclamo justicia.

Inmediatamente el ambiente de la estancia cambió. La tensión se hizo tangible y Teilnok se inclinó un poco sobre la mesa, interrogando con sus ojos profundos al barón. Su tono de voz era peligrosamente tenue.

-¿Cuanto vale para usted la justicia?"


Simpático, verdad?

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Ya está decidido.

Va ser breve pero intenso.
Voy derecha a Facebook, encaminada al infierno pero orgullosa de ello. Tras seiscientas visitas en mi blog, me merezco un resbalón. Además... puede que me adentre en ese concurrido mundo y que lo ignore. ... ...    ....
¬¬ ¡que te lo crees tú!

Lo he decidido durante una conversación con Momo que de nuevo me ha demostrado que tiene ocho dedos de frente más que yo. (Lo cual no significa que tenga más de dos) Tendré un facebook y no cansinearé con ello, lamentándome de ser una víctima del sistema.
Pero entonces... ¿no será aburrido?

Hay estudiantes y ESTUDIANTES

Bueno... pues si que lo he cogido con ganas. Será que tras mi decepción de no poder iniciar un nuevo curso este año, necesitaba algo de estimulación intelectual... Que va, lo que pasa es que tengo un poco más de tiempo ahora. No voy a apresurarme a terminar mis estudios: no me presentaré a todas las convocatorias en diciembre. Terminaré en junio y así alargaré un poco más mi vida de estudiante.
Y es que... ¿quien querría que se terminase? Si con veinte años acabo mi época de absorción cultural ¿Que va a ser de mi? Me quedaré estancada en lo poco que conozco de las pocas doctrinas en las que sé algo. Quiero ampliar horizontes: Música, fotografía, derecho, filosofía, arte, geología, psicología... Merece la pena saber de todo, aunque solo sea un poco. ¿quien sabe? A lo mejor tengo un don innato para la arqueología ¿Como lo sabré si no investigo? Para ser franca no sé para qué tengo don innato, pero si sé para lo que no lo tengo: el dibujo técnico. Ironías de la vida... he empezado por ahí ¡Con un par! Jeje. Sin embargo cientos de ideas se quedan en el tintero a cada segundo, esperando ser exprimidas hasta la saciedad, para que alguien saque algo de jugo de ellas.
Hay tantas cosas que no voy a aprender jamás que me enloquecen. ¿Cuanta gente tiene esa inquietud? Aunque fuera mucha seguiría siendo insuficiente. Las aulas están llenas de burros que solo ven un título al final del camino. Yo prefiero concentrarme en el camino y ¡se me niega la plaza! Me gustaría ver a los que la tienen. ¿Quien dice que la merecen más que yo? Puedo tener muchísimos defectos, pero soy buena estudiante, y muy perseverante. Tanto que el año que viene estaré allí. ¡Y que me lo intenten impedir! ¡PERSEVERANCIA!

Mientras tanto pasará un año y las ideas del tintero se van secando. Cerraré los ojos mientras tanto, quizá se me dé bien la arqueología...

lunes, 14 de septiembre de 2009

Sin miedo a las críticas.

Ya he mencionado en un par de ocasiones ese "algo grande". Pensaba publicar aquí un breve fragmento, pero todavía no estoy preparada para escuchar críticas de eso. Sin embargo, hoy os ofreceré unos versos que pertenecen a esa recopilación de la que os hablé. Estos sí que podéis criticarlos cuanto queráis, soy consciente de que la poetisa que llevo dentro deja mucho que desear. Sin embargo empezaré fuerte y os ofreceré en primicia mi poesía favorita, que muchos ya conocen. Es música en todos los aspectos de la palabra, y aunque dicen que cada poesía tiene un significado particular e intransferible para otros, yo he tratado de trasmitir el mío, y parece que satisfactoriamente. Pero eso nunca podremos comprobarlo.

Bien, ahora limpiad de vuestra cabeza toda emoción externa. Apagad la música y leed con lentitud. Tomaos unos minutos antes de empezar... Yo siempre lo hago.



Nací en las notas de un piano.

Fue ayer, y en un solo destello de luz.

Blanco, negro, blanco, negro, blanco, blanco, negro...

Grande, eterno. Mi gran eterna cruz.


Melodía guardada en unos dedos torpes.

Anhelos en unos oídos de cristal.

Silencios tan bonitos como acordes.

Sinfonías que no se pueden mencionar.


Tristes notas en triadas.

Arpegios de nubes, plata y metal.

Corcheas largas como días.

Teclas vivas, sinceras y llenas de verdad.


Hace tanto....


En mi recuerdo se agazapan, momentos formas y olores.

De tu voz... mi melodía.

De tu rostro... mis colores.


Alba R.L.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Debería de existir un manual para nosotros.

Muchos escritores experimentados afirman que si queires aprender a escribir, puedes empezar por copiar. Yo en cierta época lo hice: se trataba de leer quince veces el mismo párrafo y después sin mirarlo, contar algo utilizando las mismas pautas que el párrafo que aún tenía en la cabeza. No funcionó. Aprendí mucho de sintaxis y también pude absorber conocimientos de otros escritores. Pero lo que en realidad aprendí, fue que no necesariamente un tipo de escritura es el mejor o el adecuado para tal o cual cosa. Todos sirven y son tan válidos como cualquier otro si sabes utilizar tu arma secreta. La de Reverte es la ironía. En cada párrafo, hable de lo que hable, la notas aunque no la demuestre. Hable de un contestador automático en una de sus columnas o a lo largo de muchos de sus libros ("El húsar" es un buen ejemplo), la utiliza. Y le sirve ¡vaya que si le sirve! No importa que sea mierda, barro y sangre, o la automatizada voz de los cabrones de movistar. Él la usa, y le sienta como un guante. Se toma la libertad de utilizar palabras que el dichoso "word" o "pages" (altamente superior), no reconoce. No pestañea en pulsar el botón derecho y "añadirla al diccionario". Eso se consigue con seguridad y autoestima. Es así como se consigue una escritura provocativa y chocante, un literatura propia.
Seguridad y autoestima son inalcanzables para mí. Es algo que falsamente consigo inspirándome en grandes figuras como él. Tras una hora el frenesí se apaga y vuelvo de nuevo a escribir memeces tristes y negativas. Alex me pregunta... "¿no sabes escribir nada alegre?" Me recomendó que escribiera de algo que me gustara. Pensé que me gusta lo que me trasmite paz, y automáticamente me encontré bajo un almendro blanco, observando gladiolos.
Tras unos párrafos el resultado fué un lamentable amasijo de melancolía y trsiteza por la lejanía de esa paz. ¿Podría solucionar eso con seguridad y autoestima? ¿Podría bastar con copiar?
Es algo más complicado que todo eso. Me niego a aceptar que mi literatura es negativa y opaca. La búsqueda de esa literatura está más hacia dentro que hacia fuera. Se trata de seguir unas pautas instintivas, de las cuales, lamentablemente, carezco. Márquez, Neruda, Reverte, Martin, Card, Tolkien... Todos diferentes, todos parecen seguros. Mi literatura no lo és. ¿Que puedo hacer?
Muchos escritores experimentados afirman que si queires aprender a escribir, puedes empezar por copiar. Hace poco lo intenté. No funcionó.

sábado, 12 de septiembre de 2009

¿He de rebajarme por segunda vez?

En fín... empezaré con una excusa barata como cualquier otra, solo que esta es demostrable. Quizá antes de la excusa debería decir que acabo de salir a cenar y una botella de vino recorre mi sangre con somnolienta dulzura y merma sobradamente mi capacidad para expresarme. Ahora que mis posibles fallos de escritura y/o expresión pasarán inadvertidos a mis escasos pero fieles lectores, os diré mi excusa: Estoy trabajando en algo grande. Un par de los que os paseais por este site ya sabeis de que hablo, o quizá solo pensé en escribirlo, pero no lo hize: una novela en ciernes, que está escrita con soberana matemática. Calculada hasta el más ínfimo detalle, capítulo tras capítulo, esa obra va tomando forma, y absorbe gran parte de mi tiempo dedicado a la escritura.
Por otro lado, Andros, haciendo acopio de Dios sabe que valor, aplaudió mis versos, y me animó a recopilarlos todos en una obra. Lo hice de buen gusto cuando escuché que recitaba de memoria una de mis pocas poesías. Algo tan sencillo como transcribir, toma más tiempo del pensado si se trata de recopilar versos de años atrás, escondidos en libretas enmohecidas del instituto. Y así, corrigiendo textos y creando otros que corregiré más adelante, ha pasado el tiempo sin que tengais noticias mías.
Lo peor de todo, es que el motivo por el que he vuelto es más triste de lo que nunca imaginé. Para los fieles que me habeis leido desde la primera entrada, no será de extrañar, pero las nuevas incorporaciones, temo no tengan mucha idea. Os explico someramente:
Yo nunca he sido aficionada al internés este. Prefería perder el tiempo leyendo en vez de desentrañar los misterios habidos y por haber de un progamilla con el original nombre de "mensajero" (o messenger en la versión anglo-culta no utilizada por nadie). Pasado un tiempo me encontré con que sabiendo hacer páginas web, no quería ser parte de la masa de niños que con el frontpage hacían cuatro chorradas, y empezaban a formar parte del curtido mundo del bussines-net. Me negué, hasta... bueno, hasta este blog. Remitiendo a mi primera entrada, os explicaré que decidir empezar un blog fué un duro golpe para mi orgullo, pero a fin de cuentas certero, y en realidad sin mucha trascendencia. Aún es hoy el día que evito hablar de este rincón on-line que me convierte en masa (como dirían los famosísimos filósofos -entiéndase mi ironía por favor-Ortega y Gasset ). No obstante tengo una graciosísima -y mucho más que peculiar- compañera de trabajo que me ha extañado en vacaciones y pensó en contactar conmigo en un par de ocasiones. Sus medios de comunicación son muy distintos a los míos y me ha planteado la duda de rebajarme -si cabe- un poco más. Sí amigos, hablo de un pésimo invento de un estudiantucho (si no recuerdo mal) de Harvard , llamado comunmente libro-cara (o facebook para los que utilizen la versión anglo-culta, que no serán muchos). ¿Qué es eso? Por contener la palabra libro, deberia estar entre mis favoritos, pero está entre mis repudiados. Lo conoceis ¿verdad? Todos sabeis lo que es... y esa es exactamente la razón por la que lo evito. Masa, masa, masa y más masa. No quiero ser como los demás, y para el blog había una razón, pero ¿que me aporta hacerme un facebook? ¡Lo he descubierto! Ayer lo descubrí. Fue cuando mi compañera me indicó amablemente lo divertido que era, y me enseñó las fascinantes funciones del libro-cara. El muro, el perfil... cosas nuevas para mí, pero que no me impresionaban. Lo fascinante fue algo que solo comentó de pasada... " Aquí estamos María y yo acariciando un dinosaurio
¡Dios! ¡Estaban acariciando a un dinosaurio! Yo también quería acariciar con ellas dos a un dino, me dije. 
¿Debo hacerlo? ¿Acaricio al dinosaurio? ¿Que hago? ¿¡¡¿LO ACARICIO?!!??
Si he de rebajarme más, prefiero tener vuestro consentimiento o vuestra negación. Me niego a consentir un defraude hacia vosotros por mi parte. ¿Seré más masa con un facebook? 
Élide, querida amiga, ¿que has hecho conmigo? ¿No eras feliz tú sola con tu dinosaurio? ¿Tan suave és?