miércoles, 18 de febrero de 2009

Volveré para todos y para todo, pero todavía no.

Llevo unas semanas pensando en cuando empezar a escribir de nuevo, y que en el momento en que lo haga, probablemente tenga que inventar palabras para explicaros todo lo que quiero explicar.
Empezaré bien: lo siento. No os hablo tanto a vosotros que me leeis, creo que me hablo a mí. He fallado, y mi caida no ha sonado nada en este suelo durísimo. Eso ha sido más triste todavía. Ver que a pesar de haber dejado aparcado mi fuerte propósito, no ha habido ni una sola persona que me dijera... ¡escribe en el blog!
Realmente no sé de lo que hablo, porque la única persona que necesitaba que yo escribiera, es esta cabezota y maltrecha Alba, que ahora se esconde tras un texto victimista.
No os lo imaginais... robos, juzgados, comisarías, tiendas y tiendas, llamadas obligatorias a gente que no entendía nada... De verdad que existe un gran motivo por el que lo he dejado. Si, he fallado, pero como he dicho, nadie se ha dado cuenta de mi caída, ha sido demasiado silenciosa, y por tanto, disimulada. Más adelante, cuando ponga de nuevo en orden mi vida, y deje de mentirle a las personas que me importan, os contaré que sucede. Hasta entonces comentaros que en este tiempo sin escribir he desarrollado ciertas aptitudes nuevas que he aprendido de mis ultimas y jodidísimas experiencias:
Si antes era desconfiada, ahora lo soy más. Soy más cauta, y me noto más autosuficiente, capaz de sobrellevar más cosas. Mis estudios, aunque viento en popa, han hecho que desconfíe más de mi capacidad. Y bueno... ahora, yo y Alex, tras todo lo que ha pasado somos como un puto Titan. Sabemos que ya nada puede con nosotros, aunque a menudo hablemos con realismo del final de nuestra relación. Un final que ambos creemos improbable, pero nos vemos obligados a pensar en él por nuestra recién estrenada desconfianza.
En fin. Ya solo me queda deciros que por favor no creais que este post significa que he vuelto. Solo es que tengo demasiadas cosas a medias, y esta es mi manera de decir que sé que esto me queda pendiente. Volveré cuando tenga mi mesa, mi estantería, mis libros y mi mullida moqueta para meditar. Solo entonces, cuando pueda tener un ritmo de vida estable, me didicaré a escribir.
En el mundo real, al parecer no hay tiempo para utopías, ni para falsos escritores que nunca llegarán a serlo.

1 comentario:

  1. Como ves, yo sigo entrando casi a diario esperando una entrada por tu parte. Si no comenté es porque a veces me he sentido incómodo cuando me han presionado para actualizar y, sobre todo, por uno de esos estúpidos enfados porque-alba-no-me-llama-ni-responde-a-mis-llamadas.

    Yo he llegado a la fase en que nadie visita mi blog y no me importa una mierda porque sólo yo entiendo lo que escribo y me basta... pero si necesitas tener tal certeza: sigues teniendo, como mínimo, un lector.

    Un beso y a ver cuando me llamas: tengo mucho que contarte y, deduzco, tú mucho más.

    ResponderEliminar