miércoles, 24 de noviembre de 2010

Una discusión trascendente.

Moali y Teilnok van a tener una buena, o al menos eso es lo que se espera.
Pero no quiero escribirlo, puede que no tenga que hacerlo. Mancharía el nombre de mi buen protagonista si lo meto en una discusión donde él pregunte, o haga preguntas.
Ayer mismo, escribí tres capítulos más, y pensaba que la tarde estaba siendo fructuosa... hasta aquella conversación imposible. No menos de ocho veces la reescribí, y sigue inconclusa.

Es un fragmento difícil. Me encantaría saltármelo para que cada uno se imagine la discusión.
-¿Dónde has estado?
¿Cómo pretendéis que Teilnok conteste a eso? No es su estilo contestar, y si lo hace con otra pregunta, el otro se enfurecería... Y eso llevaría a una confrontación entre dos protagonistas, que he de evitar a toda costa. Todo tiene que ser sutil para poder seguir con el curso de la historia, pero Teil no es nada sutil, y yo estoy en un atolladero. ¡Que desastre!

Por suerte tengo mi maquinita portátil de trabajo, donde caben Teil, Moali, y todas las confrontaciones imaginarias que quiera añadir.
Hoy, desde el Starbucks, -como cada miércoles- lo intentaré solucionar, y mañana daré más noticias a mi padre, que creo que es el único que lee el blog, y que sin embargo, no es seguidor de él. ¿No es curioso?

P.S. Papá, si te haces seguidor, te envían un mail cada vez que publique algo nuevo :D

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