lunes, 27 de diciembre de 2010

Navidad

He decidido que Teilnok y yo nos tomemos también unas buenas vacaciones Navideñas. Él se las merece más que nadie, puesto que en nuestras últimas citas lo metía en líos, lo sacaba, lo emborrachaba... y finalmente el lienzo se quedó en blanco, y Teilnok más que mareado y ocioso a la espera de que se me ocurriera qué hacer con él. Pobrecito. Mi inspiración se esfumó con la llegada de la Navidad, y me lo tomé como una señal: VACACIONES. 
Me están viniendo muy bien, porque echo de menos a Teilnok y el constante sonido de mi teclear, pero estoy leyendo muchísimo, y me curto a cada palabra de los maestros. Hoy me he sorprendido narrándome a mí misma en el balcón lo que será de Teilnok cuando llegue a las costas de Sacrificio y ardo en deseos de escribirlo. 
Me brotan ideas a cada instante de silencio, y es porque mi libro está lejos, y mis personajes dentro de mí. Esperaré a que mi correctora esté al 100% y retomaré la escritura con su consejo, que me viene divinamente. Ojalá lo acabe pronto. No hay cosa que más desee que verlo terminado. 
¿Quién adivina cuál será mi propósito de año nuevo?

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