lunes, 5 de julio de 2010

Con respecto a la entrada anterior...

Ya sé que debo hacer. De hecho ya lo hice y estoy mas que orgullosa de mi decisión. Gracias a un escritor toledano que la red tuvo el honor de poner en contacto conmigo, aprendí que si bien una historia solo requiere del escritor y su fuerza para tomar forma, una novela requiere de lectores que la hagan en parte suya.
Por fin he salido del atolladero en que me encontraba. Hablo de mi última entrada, y de mis problemas con mi novelucha. Sin duda no esperaba que fuera fácil hacer las cosas bien, sin embargo daba por hecho que sabría el procedimiento para empezar a hacerlas, y obvio es que me equivocaba. No conozco los procedimientos a seguir, ni tampoco cuales son los problemas comunes de un escritor a la hora de escribir un libro tan complicado como el que me traigo entre manos, porque -por suerte o por desgracia- no cuento con un círculo cercano de gente locuela que comparta conmigo esta más que dura afición.
Daniel, mi colega en la distancia y silencioso lector y secreto seguidor de este blog, puso en mi conocimiento a los llamados "correctores" que constituyen a dia de hoy la salvación de cualquier escritor que se precie. Ellos se encargan de desgarrar un entramado que el escritor ha formado y sacan todos los defectos e imperfecciones habidos y por haber. Critican tu obra, y además les pagan por ello. Todo un chollo.
No les pagan mal, puedo jurarlo. Habiéndome ya informado de que sus tarifas llegan al "precio por palabra", decidí que -si bien necesitaba un corrector para obtener una visión más objetiva de mi novela- no podía pagarlo. Y pensé... ¿Qué es un corrector? En realidad es solo un lector crítico. Yo conozco a una muy buena lectora, es inteligente y confío en su criterio. Además de ser legalmente mi representante, conoce bien mi estilo y hasta donde sé, se siente cómoda con él. Otra ventaja de ella es que al no gustarle el género de la novela que me quema los dedos, no tiene referencias de otros escritores que contamine su mente porque, sinceramente, no ha leído ninguna.

De modo que ahí la tengo, mejor amiga, mejor representante y mejor correctora (a falta de referencias anteriores, XD) Su trabajo hasta el momento ha sido brillante y me ha dado fuerza para releer los pasajes más flojos de mi novela y re-escribirlos.
Para finalizar, y comunicándoos que los capítulos ya abrasan como el verano, compartiré con vosotros una frase descriptiva-comparativa de la que me siento particularmente orgullosa. Espero que la disfrutéis y que algún día podáis leerle en su contexto correcto.

""Su pelo negro, lleno de bucles y elevado un palmo y medio por encima de su cabeza la hacía parecer mucho más alta de lo que en un principio era. Sonrió con la mirada llena de algo que se parecía demasiado al odio, y alzó los brazos.
-¡Pueblo! ¡Vanhos! ¡Alzad la cabeza! ¡Mirad al cielo!
Hasta Teilnok lo hizo. Pasaron muchos segundos. El asesino fue uno de los primeros en bajar la cabeza y observó en todo su esplendor el efecto que producía aquella mujer en los Vanhos. La observó:
su soberbia era tan larga como la cola de su vestido, y tan rígida como su corsé, tan cruel como su mirada y tan segura como su porte. Teilnok odiaba la soberbia, y advirtió que por ende odiaba a esa mujer.""


Pronto nos veremos!!!

Post Scriptum. Este fragmento pertenece al capítulo del que hablo en la entrada anterior. Está terminado. Todo va viento en popa!

1 comentario:

  1. Felicidades por tus progresos! Leí los fragmentos que me pasaste y me encantaron. Ya quisieran muchos tener tus musas y tu talento.
    La frase que remarcas tiene gancho sin duda, aunque no te sorprenda que muchos la tachen de complicada.... A mi me encanta!!
    Un saludo desde Toledo.

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