miércoles, 14 de abril de 2010

Suma y sigue, o resta.

Mi novela me ha dado la espalda.
He escrito un capitulo unas 4 veces. Completo. Desde el inicio hasta el final.
En él, todo el pueblo ha de escuchar como el personaje más temido de toda la novela convence y manipula al pueblo para que actúe en beneficio de ella misma. Ella aterroriza en realidad. Pero nunca lo suficiente.
Es un pasaje muy importante que no debe ser mal escrito. Es la primera vez en toda la novela en que ella aparece y ni siquiera hago justicia a la descripción de la susodicha. Estoy atascada en un interminable pasaje que no sé como solucionar.
Escribir un libro es fácil. Pero escribir un libro con sentido y con conocimiento de causa y consecuencialidad... eso ya es harina de otro costal. No quiero escribir por escribir, releer y conformarme. Quiero escribir sabiendo lo que escribo, releer y sorprenderme.

Quizá una de las ventajas de tener tan clara la estructura de la novela y sus personajes, es que ahora puedo decidir no escribir ese capítulo y continuar en el siguiente. Pero temo perder el hilo y empezar a escribir contradicciones, difíciles de detectar y más aún de corregir. Tengo un brillante argumento parado por ese tipo de contradicciones. No puedo corregirlo, ni tampoco retomarlo porque no sé a donde puede llegar. Aquella novela murió, y no pienso permitir que eso le pase a Teilnok y a Tim. Son demasiado importantes para mí.
¿Qué debo hacer?

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