viernes, 7 de noviembre de 2008

Quejica por naturaleza

Tengo la cabeza terroríficamente embotellada. Un resfiado hace que parezca un goblin hablando, y para más inri creo que me ha caido encima un teclado de esos de los dibujos. Pensé que si iba a la peluquería todo iba a solucionarse, pero no era así. Ahora tengo un flequillo moraducho y sesenta euros menos. No sé lo que pagaría ahora por un masaje, pero en verdad a nadie le importa. ¿Y sabeis por qué? Porque siempre me pasa algo. Tuve una amiga muy cercana a los doce años que cada vez que me veía en baja forma o cansada, me lo recriminaba. Desde entonces, supongo que aprendí a quejarme solo cuando me duele un poco la cabeza, un poco la pierna, un poco la espalda o un poco la muñeca. Pero cuando no puedo andar bien, tengo una de esas fortísimas migrañas o simplemente me despierto como si me hubiera pasado la noche golpeándo una pared, no digo nada. Solo estoy de mal humor. De muy muy muy mal humor. Cuando vivía con mis padres esas cosas eran poco trascendentales, pero ahora que vivo con mi novio, todo ha alcanzado una nueva dimensión.
Nos solemos levantar sobre las nueve y media. Cuando empieza a sonar la radio el gato se despierta, y oímos como el hurón se rasca en su jaula. Si me levanto y no me apetece decir nada, es una muy mala señal. Esas mañanas trato de mantener mi entorno a mi gusto, y me desquicia cualquier cosa que tocan. Y cuando estoy a punto de quejarme por inexplicables malestares, recuerdo que muchas personas se han marchado de mi vida o han desaparecido, por lo dificil que es vivir a mi lado. Aprieto los dientes, y no pestañeo, no valla a ser que al recuperar la visión ya no encuentre a nadie. Pobrecito mi niño, cuanto me tiene que aguantar.

3 comentarios:

  1. Si hay amor, hay amor. Lo demás no importa tanto.

    Anix.

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  2. Quéjate a gusto, que para eso se inventaron los blogs. Ya sabes que tienes unos cuantos incondicionales siempre dispuestos a consumir la ración de quejas y dejarte un comentario chorra como este para recordarte que siguen en algún lugar, y un novio que te quiere y te seguirá queriendo siempre que no aparezca Javi para seducirlo con su juego de miradas "secsis".

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